sábado, 26 de diciembre de 2009

LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA EN LA EDUCACION PERUANA

“Hemos tenido una coyuntura en que el neoliberalismo – o capitalismo salvaje- transformo en objetos comerciales a las universidades y a la educación o instrucción privada de todos los niveles. El neoliberalismo ha porfiado en fabricar intelectuales y técnicos para reforzar la ideología conservadora. No quiere saber nada con la sociedad justa e igualitaria; y a quienes defienden estos postulados, los han marginado y hasta les llaman dinosaurios. El neoliberalismo no desea universidades con espacios dedicados al debate y a la crítica de la realidad nacional ni de los sistemas económicos y políticos mundiales. Pero esa ya acaba. Desde ahora en adelante las aulas y auditorios deben estar nuevamente abiertos a todas las corrientes ideológicas del mundo que tengan que ver con el estadio profundo del Perú con pautas científicas”




(Espinoza Soriano, Waldemar 2003:101)





¿Para qué estudiar Historia?, ¿Tiene alguna importancia la enseñanza de la historia para la juventud hoy en día?, ¿por qué no se enseña una historia científica que contribuya al desarrollo de nuestro país?. Estas son algunas de las interrogantes que pasaremos a responder con el objetivo de abrir discusión sobre aspectos relacionados a la enseñanza de la historia en nuestra educación.



Los sistemas educativos y los programas curriculares reflejan y expresan ideológicamente, el periodo de avanzada en el cual se desarrolla el imperialismo hoy en día. De esta forma la enseñanza de la historia en nuestro país, está sujeta a este contexto y a las necesidades del imperialismo. Por ello la historia en el sistema educativo peruano y en los programas curriculares, según la visión del imperialismo no debe servir para forjar identidad y alumnos que problematicen a partir de su momento histórico actual, sino muy por el contrario, debe servir simplemente para llegar a adquirir un conocimiento superficial de un conjunto de hechos aislados y no analizados en toda su dimensión histórica.



La ciencia de la Historia en nuestra vida cotidiana parecería no tener hoy importancia; muchos jóvenes la asocian al conocimiento memorístico de fechas, la enumeración de acontecimientos, la gran lista de personajes y a un interesante recuento de hechos pasados; pero ¿es esa verdaderamente la Historia?; nosotros decimos que no, que esa es la historia que intenta imponer el imperialismo; una historia oficial, propia de una sociedad de consumo, que no relacione al ser humano con sus problemas concretos, reales, sino por el contrario busca alejarlo de la reflexión y la búsqueda de soluciones, para reducirlo simplemente a superficiales explicaciones y a la narración de hechos anecdóticos.



Y es que la historia oficial, en nuestro país, ha sido y es, instrumento de dominación, hoy del imperialismo, teniendo como objetivo principal, encubrir la realidad actual, caracterizada por mayores niveles de desigualdad social, producto de un sistema económico social – el capitalismo en su etapa imperialista - que acrecienta la ya enorme brecha entre un pequeño grupo de ricos y una inmensa cantidad de pobres, lo cual no sólo se expresa a nivel nacional sino también en el ámbito mundial.



La denominada historia oficial en nuestro país, resalta la actividad de los individuos, buscando “descubrir una nueva forma de hacer historia”, según esta, libre de las influencias de una ideología que habría contaminado a los historiadores del siglo XX (el marxismo). Esta historia oficial pretende “analizar” los hechos desde una posición aparentemente neutral, sin embargo, no posee el más mínimo indicio de neutralidad, muy por el contrario, es una de las más ideologizadas y no es malo ello, lo condenable es que no cumple con la función de toda ciencia, de contribuir al desarrollo de la humanidad, sino por el contrario se convierte en la herramienta teórica de justificación del sistema de dominación actual.



La historia oficial, por tanto, tiene como objetivo inmediato, servir de instrumento de dominación y de arma de combate a la historia ciencia, representada por el materialismo histórico. No olvidemos que fue gracias al materialismo histórico, con sus principios filosóficos y las leyes sociales, que la Historia pudo adquirir el estatus de ciencia.



Y es debido a ello que se pretende erradicar de las universidades y de los ámbitos intelectuales y de estudio, la historia ciencia, debido a su posición irreconciliable con aquellas posturas que no son científicas y que no han aportado al desarrollo de la humanidad y pretenden legitimar un orden social inhumano, basado en la explotación del hombre por el hombre.



Surge así la interrogante, ¿Para qué estudiar historia? Y esta respuesta es más sencilla de lo que parece; siendo la Historia ciencia, el análisis del proceso del desarrollo social, debe servir al desarrollo de la sociedad. La Historia permite no sólo el estudio científico del pasado y el presente, sino principalmente la comprensión de nuestros problemas actuales, la identificación de las causas profundas de nuestra coyuntura actual.



De esta manera, estudiamos la Historia, para lograr desentrañar las respuestas a los problemas que hoy nos aquejan, y por ello la Historia que hoy proponemos, se diferencia de la historia oficial; porque la Historia como ciencia, la escribimos para las clases que dinamizan el desarrollo social en particular para el proletariado peruano, aprendiendo de sus luchas victorias y derrotas, porque es esta, la clase llamada a jugar en los tiempos actuales un papel protagónico, es la hacedora de nuestra Historia como proceso ineluctable hacia el desarrollo social.



Un análisis desde la perspectiva de la historia que proponemos serviría hoy por hoy, para descubrir los mecanismos de penetración del imperialismo en nuestro país y en los otros pueblos sudamericanos, haría que queden al descubierto las formas de dominación actual del imperialismo; imperialismo que utiliza formas de dominación no cruentas como los denominados Tratados de Libre Comercio, tan publicitados por el sector dominante, que ve con bastante complacencia como nuestro país, se somete aún más a los dictámenes del imperialismo norteamericano, acentuando nuestra dependencia. Permitiría llegar a comprender que el actual régimen político de nuestro país ha penalizado las protestas sociales por que defiende en el fondo los intereses de los grandes capitalistas de nuestro país, que acrecientan sus riquezas explotando a las amplias mayorías.



O nos permitiría conocer la otra modalidad del imperialismo, la más descarnada, la forma más abierta, concretizada en el empleo de métodos violentos como la actual invasión a pueblos como, Afganistán, Yugoslavia, y actualmente a Irak, en este último país con el objetivo de apoderarse del petróleo.



Por todo ello podemos decir que estudiamos la historia porque mediante el análisis de los procesos sociales demostramos el carácter dinámico de la sociedad y la transitoriedad de los modelos económico - sociales. Por tanto, no existen modelos económicos y sociales eternos e inmutables, como hoy pretenden hacernos creer los defensores del sistema capitalista , cuando con sus postulados mencionan que el ser humano ha llegado al más alto nivel de organización con el actual sistema económico que domina al mundo y por tanto ya no valen y son desfasados planteamientos que digan lo contrario.



Estudiamos historia, para demostrar el importante papel que cumplieron y cumplen los amplios sectores sociales, quienes son los verdaderos gestores de las grandes transformaciones económicas, culturales, sociales, ideológicas etc., que han sucedido en el mundo. La Guerra del Guano y del Salitre en el siglo XIX, demostró como el pueblo y los sectores sociales dominados, fueron la clase que logró no sólo conseguir victorias frente al ejército chileno con sus montoneras y guerrillas campesinas, sino develó a muchos miembros de la clase terrateniente peruana que preferían colaborar con el invasor antes de permitir que los sectores dominados conquistaran su autonomía social. En este conflicto tan presente en los peruanos en la actualidad, se demostró que el concepto de peruanidad y el amor al terruño, estuvieron más presentes en los campesinos y el pueblo que en quienes pusieron en primer plano sus, apetitos, enconos personales y de partidos antes que los del país .



Estudiamos historia por que a través de su estudio nos acercamos a los problemas que depara el momento histórico en el que nos desarrollamos. En nuestros momentos actuales, frente al silencio de la clase dominante peruana, algunos intelectuales empiezan a ver con bastante preocupación la política chilena de “rearme en la región” que ha roto el equilibrio estratégico militar de Sudamérica, esto, añadido “al periodo próspero” por el que atraviesa nuestro país a raíz del “boom de los minerales” a nivel internacional, nos coloca en un escenario análogo al del siglo XIX, en el cual nuestro país vivió la llamada “prosperidad falaz”, por la cual tuvimos amplios ingresos al erario nacional gracias principalmente al guano; este periodo no fue aprovechado oportunamente por la clase dominante peruana de ese momento , situación, que nos hace recordar cómo en la actualidad, nuestra clase dominante, no hace valer sus derechos de cobrar impuestos y regalías a las empresas trasnacionales que expolian nuestras riqueza y sólo se conforma con “donaciones” y “contribuciones”, actitud propia de una clase dominante hipotecada a los intereses del capital trasnacional y del imperialismo, para la cual la seguridad nacional, el proyecto de país, es ajeno a su visión.



Finalmente es importante el estudio de la Historia, porque permite explicarnos, el por qué, de las relaciones de explotación y las luchas de liberación emprendidas por los pueblos en el devenir de la historia; vinculando al hombre con su momento actual y respondiendo a los problemas que le depara su tiempo histórico.



¿Tiene alguna importancia la enseñanza de la historia para la juventud hoy en día?



La importancia de la Historia para la juventud hoy en día, radica en que nos permite esclarecer los procesos de nuestro desarrollo histórico y nos brinda lineamientos para el futuro, satisface de esta forma las ansías de luz sobre el pasado, caracteriza el presente e ilumina la perspectiva en el sentido del desarrollo social empujado por el proletariado y dinamizado por los sectores populares.



La enseñanza de una historia como la que proponemos es fundamental en nuestro país por que permitirá comprender problemas como: la discriminación, el racismo, la problemática de género, pero no desde una perspectiva idealista sino real, concreta; identificando las causas profundas que se encuentran ocultas y que la historia oficial no tiene la menor intención de desentrañar.



De esta forma la historia no es más, la narración de hechos importantes, ni el conjunto de nombres por aprender de memoria, la Historia comprendida desde una perspectiva científica debe de para responder a los problemas actuales, buscando su respuesta en el pasado, para llegar a comprender como hemos llegado a la problemática actual para solo así lograr vislumbrar el porvenir.



¿Por qué no se enseña una historia científica que contribuya al desarrollo de nuestro país?



La razón es sencilla, porque una historia científica como la que defendemos y proponemos, vincula ha los seres humanos con su realidad, los hace razonar, reflexionar, utilizando la ciencia no al servicio de unos mezquinos intereses individuales sino de los grandes y solidarios intereses de la humanidad. Y debido a ello, los grupos dominantes de nuestro país, hipotecados a los dictámenes y políticas educativas que les digita el imperialismo, no dictan políticas educativas que busquen realmente vincular al estudiante con su realidad sino muy por el contrario su objetivo es desvincularlo de la realidad abstraerlo en problemas individuales y desligarlo de su realidad. Es por ello que la Historia como materia a enseñar en colegios secundarios, institutos y centros de educación superior ha sido eliminado o reducido a poco más de 2 horas a la semana y con el agravado de haber haberse agrupado con materias como la geografía y la llamada educación cívica, proponiéndole al profesor de las instituciones educativas estatales, una parametrada forma de poder enfocar la historia. Queda de esta forma a los maestros de nuestro país, emplear formas novedosas, mecanismos pedagógicos nuevos para lograr evadir , los múltiples obstáculos que nos tiende el imperialismo y poder trasmitir reflexiones, análisis, vinculando la historia de nuestro país con la realidad actual, para enseñarle al alumnado que la Historia está vinculada de forma inherente a nuestro actual momento histórico











Bibliografía



Bonilla Heraclio







2005 El Futuro del Pasado. Las coordenadas de la Configuración de los Andes. T. I y II. Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos. Instituto de Ciencia y Humanidades.







1974 Guano y Burguesía en el Perú. Perú Problema 11. Instituto de Estudios Peruanos







Espinoza Soriano, Waldemar







2003 La Universidad Estatal Peruana y la Historia de Nuestro Tiempo. Algunas Reflexiones. En De Ser Histórico. Año I No 1 Setiembre 2003. Grupo de Estudio Ezequiel Urviola. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional Federico Villareal.







Petras James







2001 Globalización, Imperialismo y Clase Social. Grupo Editorial Lumen Humanitas. Buenos Aires - México.

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